¿Por qué Manjaro?
Lo cierto es que cuando adquirí el nuevo portátil para trastear en casa con él, mi primera idea fué la de instalar Arch Linux con i3-gaps, pero finalmente me he decantado por instalar Manjaro por los siguiente motivos. Con Arch, se aprende muchisimo sobre instalar, mantener y reparar el sistema operativo, pero lo cierto es que queria dedicar mi tiempo a otros aspectos, y con Arch me quedaba por delante instalar los paquetes básicos, configurar el sistema, zona horaria, configuración de red, localización, sistema de inicio… Por otro lado, me gusta la filosofía rolling release, pero es cierto que en ocasiones puede crear inestabilidad en el sistema al actualizar un paquete.
Después de sopesar varias opciones me decante por Manjaro por varios motivos. Es un sistema operativo basado en Arch, pero tiene un instalador que me permite realizar todas las tareas citadas antes de un modo automático o, en el peor de los casos, bastante más rápido. Añade una capa adicional de pruebas a los lanzamientos de actualizaciones de Arch, así que, de este modo, se reduce la posibilidad de volver al sistema inestable sin renunciar a las últimas versiones de las aplicaciones instaladas. Por último, se puede elegir entre varios escritorios, y aunque existe la opción de i3, que es una versión mantenida por la comunidad, me decanté por Gnome por ser oficial y por el la positiva sensación de uso que tiene para mí. Hay que añadir también que con Manjaro no sólo dispongo de acceso a sus propios repositorios, sino que también puedo usar AUR, el repositorio propio de Arch.